Warren Buffett, apodado el «Oráculo de Omaha» y considerado uno de los inversores más brillantes de todos los tiempos, ha anunciado su retirada como consejero delegado de Berkshire Hathaway a la edad de 94 años. El anuncio se produjo durante la junta anual de accionistas celebrada el pasado 3 de mayo, sorprendiendo a los miles de asistentes que cada año acuden a escuchar sus reflexiones sobre economía y gestión empresarial.
Buffett dejará oficialmente el cargo a finales de 2025 y cederá su testigo a Greg Abel, actual vicepresidente ejecutivo de la compañía y responsable de las operaciones no aseguradoras de Berkshire desde 2018, que asumirá el cargo de CEO a partir de enero de 2026.
En este artículo, repasamos el legado de una leyenda del value investing, y de un referente empresarial para todos los profesionales del mundo de la inversión.
Nacido el 30 de agosto de 1930 en Omaha, Nebraska, Warren Buffett demostró desde muy joven un instinto innato para los negocios. Con tan solo 11 años realizó su primera inversión en bolsa y desde su adolescencia ya generaba ingresos, repartiendo periódicos. Se licenció en Administración de Empresas en la Universidad de Nebraska y completó un postgrado en Columbia, donde fue alumno del legendario Benjamin Graham, padre de la inversión en valor. Esta formación académica marcaría de forma decisiva su visión financiera.
Después de trabajar unos cuantos años para el propio Graham en Nueva York, decidió volver a su Omaha natal, donde, además de formar una familia, inició una serie de sociedades (los llamados Buffet Partnership) desde las que distintos inversores (Buffet ha bromeado diciendo que, en sus inicios, una de las sociedades tenía como inversores a casi todos los dentistas de Omaha) invirtieron sus ahorros para que un joven Buffet los gestionarse comprando acciones y participaciones de empresas.
En 1962 comenzó a comprar acciones de Berkshire Hathaway, una antigua textil en decadencia, y en 1965 tomó el control de la compañía. Aunque más tarde reconocería que fue un error desde el punto de vista empresarial, transformó Berkshire en su vehículo de inversión “holding”, desde el cual construiría uno de los conglomerados más grandes del mundo.
Gracias también a la influencia de su socio Charlie Munger, Buffett fue evolucionando de un enfoque puramente oportunista, centrado en gangas bursátiles, hacia una estrategia más cualitativa: invertir en empresas excelentes a precios razonables y mantenerlas indefinidamente.
Un caso paradigmático de esta evolución es la compra de See’s Candies en 1972, por 25 millones de dólares. La pequeña empresa de dulces de Los Ángeles se convirtió en un ejemplo perfecto del nuevo enfoque: un negocio sencillo, con una marca fuerte, márgenes elevados y un equipo gestor excepcional. See’s facturó 337 millones de dólares en 2023 y Buffett ha afirmado en múltiples ocasiones, normalmente mientras abre uno de sus caramelos, que nunca la venderá, tanto por la calidad del producto como por el valor humano detrás del negocio.
A partir de experiencias como la de See’s, Buffett consolidó su principio fundamental: no compra acciones, compra negocios. Berkshire Hathaway, a menudo comparado superficialmente con un fondo de inversión por sus participaciones en empresas cotizadas como Apple, Coca-Cola o American Express, se comporta en realidad como un holding de capital privado. A lo largo de las décadas, Buffett ha adquirido más de 800 empresas y filiales, muchas de ellas en su totalidad, con la filosofía de adquirir, gestionar y hacer crecer negocios de calidad a largo plazo. Muy lejos del cortoplacismo y la especulación del mercado bursátil, su enfoque consiste en construir valor sostenible mediante decisiones racionales y una gestión empresarial coherente.
Parte de su legado han sido las clases magistrales de inversión que ha ofrecido, desde 1970, durante las reuniones anuales de Berkshire Hathaway. Estas conferencias, accesibles para todo el mundo, se han convertido en un evento educativo seguido por inversores de todo el planeta, desde profesionales de Wall Street hasta pequeños ahorradores.
Buffett enseñó que invertir bien no requiere genialidad, sino pensar a largo plazo, evitar el ruido y actuar con lógica. Su alianza con Charlie Munger fue clave para desarrollar y difundir una filosofía basada en el sentido común y el valor fundamental. Una de sus máximas más conocidas, subrayando la diferencia entre precio y valor intrínseco:
«El precio es lo que pagas. El valor es lo que recibes» – Warren Buffett
Desde que tomó el control de Berkshire Hathaway en 1965, Buffett transformó una empresa textil en un conglomerado valorado en más de un trillón de dólares. Bajo su liderazgo, las acciones de Berkshire Hathaway han generado una rentabilidad acumulada del 5.502.284%, superando ampliamente al S&P 500, que retornó un 39.054% en el mismo período.
Traducido a cifras anuales, eso significa un 19,9% anualizado frente al 10,4% del S&P 500 entre 1965 y 2024. El impacto del interés compuesto bajo su gestión es asombroso: $1.000 invertidos con Buffett en 1965 se habrían convertido en aproximadamente $53 millones en 2024, mientras que la misma cantidad invertida en el S&P 500 habría alcanzado “sólo” $375.000.
Fuente: Carta anual a los inversores de Berkshire Hathaway del 25 de febrero de 2025
La estrategia de inversión de Warren Buffett, ampliamente documentada en numerosos libros, documentales y en sus cartas anuales a los accionistas de Berkshire Hathaway, se fundamenta en principios sólidos de racionalidad, disciplina y análisis fundamental. A continuación, se sintetizan los pilares clave de su filosofía, reconocida como una de las más exitosas y consistentes en la historia de los mercados financieros.
Buffett es también admirado por su integridad. Ha mantenido un sueldo anual simbólico de 100.000 dólares durante décadas, ha rechazado cobrar comisiones de gestión y ha predicado siempre la transparencia y el respeto al accionista.
Su compromiso con la filantropía es igualmente notable. Ha donado más de 56.000 millones de dólares y ha prometido entregar más del 99% de su fortuna a causas benéficas, en su mayoría a través de la Fundación Gates y otras organizaciones vinculadas a su familia.
Una de sus máximas más recordadas resume su filosofía de vida:
«Alguien se sienta hoy a la sombra de un árbol porque alguien lo plantó hace mucho tiempo» – Warren Buffett
La jubilación de Warren Buffett supone el fin de una era no solo para Berkshire Hathaway, sino para toda la comunidad inversora mundial. Su influencia va mucho más allá de los mercados: ha sido un maestro, un modelo de integridad y un ejemplo de que la grandeza empresarial no está reñida con la humildad.
Gracias, Warren, por demostrar que el verdadero éxito se mide tanto en principios como en resultados.
El retiro de Buffett marca el cierre de un capítulo extraordinario en la historia financiera. Su enfoque en la integridad, la simplicidad y el compromiso con los accionistas ha dejado una huella imborrable.
En Luceiro Capital, celebramos su legado y nos inspiramos en su filosofía para seguir promoviendo la inversión en valor a largo plazo.